El campo se
encuentra en la previa de las elecciones generales intermedias de la próxima semana con enormes interrogantes
sobre el desarrollo futuro de la actividad.
La situación
irresuelta sobre el mercado de exportación de carne bovina, el cual arrastra
restricciones cuyo vencimiento seria el próximo 31 de diciembre, cuenta con un incierto
desenlace que permita el levantamiento total a la libre circulación de carne
argentina al mundo, a pesar de los discursos en dicho sentido.
Los mercados
granarios también muestran restricciones indirectas. En el caso del maíz habría
una cuestión de cupos prepactados en “acuerdos tácitos”. Pero cuál sería el
temor para restringir o cerrar las exportaciones de maíz con una producción de
60 millones de toneladas de maíz. Jamás
faltara maíz en la Argentina.
En el caso
del trigo no se anotan exportaciones. Parece que de repente no habría interés por
exportar trigo. Claramente quedan de manifiesto ciertas restricciones
autoimpuestas entre comercializadores a espaldas del productor. Otra vez el “acuerdo
tácito”, que solo impide
la normal puja por los productos y en consecuencia el productor obtiene un
menor precio que el que debería recibir finalmente. En síntesis, la
“administración con inteligencia de los saldos exportables” por parte del
Estado, no es más que seguir decidiendo discrecionalmente quien gana y quien
pierde.
Sobre los
derechos de exportación sigue sobrevolando en declaraciones de algunos
funcionarios afines al gobierno la intención de querer aumentar los gravámenes a
la exportación.
Al
productor, mientras tanto, se le duplicaron o triplicaron los costos de los
principales insumos tanto para la agricultura como para la ganadería (como el
caso de fertilizantes y fitosanitarios de todo tipo). E inclusive muchos insumos
de importación como neumáticos, repuestos de maquinaria, máquinas de tambo,
etc, no se consiguen en el mercado e impiden
en muchos casos seguir operando con normalidad.
El Consejo
Directivo de CARBAP, que sesiono en Chacabuco la semana pasada, dejo de manifiesto
su preocupación frente al escenario post elecciones, sea cual fuere el
resultado, ya que la actividad productiva tanto en Buenos Aires como en La
Pampa, ya está padeciendo las consecuencias de una macroeconomía nacional que
no encuentra su rumbo ni estabilidad.
Desde CARBAP
instamos a las autoridades a dar señales de previsibilidad y certidumbre a los actores
productivos con acciones concretas a partir del 15 de noviembre.
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