miércoles, 14 de abril de 2010

Sin mirar para otro lado -COM 1441-

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y la Pampa expresa su desacuerdo con las expresiones de quienes proponen modificar el tipo de cambio, el cual sin duda no beneficiará a todos los sectores por igual, y al mismo tiempo se contrapone claramente con lo propuesto por el documento producido por la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal denominado “La pobreza: un problema de todos”, que compartimos y acompañamos.

Desde CARBAP consideramos indebidas e irresponsables dichas expresiones. Son indebidas en tanto no cabe hoy debatir sobre política cambiaria, sino sobre rentabilidad sectorial en donde las retenciones tienen gran injerencia y un rol protagónico. Son irresponsables por cuanto no se puede propiciar dicho debate, en desmedro del salario real de los trabajadores habiendo compatriotas que no alcanzan a satisfacer sus necesidades básicas de vida.

Entiende esta Confederación que sin hipocresía, con esmero y sin falsas posturas, se podrá iniciar el camino para combatir los alarmantes niveles de pobreza que hoy tiene nuestro país.

No es una actitud “progre” promover el mejoramiento de un sector en desmedro de otro. La propuesta debería asumir el desafío de buscar trastocar los conflictos, modificar los lenguajes políticos y alterar las posiciones, buscando ecuanimidad en los diferentes sectores para posibilitar el bienestar general.

Se hace difícil pensar que desde el 2001 a la fecha con el crecimiento anual en términos económicos que ha tenido el país, no se haya podido implementar políticas efectivas para combatir la pobreza, y que la misma haya alcanzado los niveles que hoy tiene. Las políticas clientelísticas, que desdeñan la posibilidad de reacomodamiento social de aquellos que menos tienen, se focalizan profusamente en las áreas suburbanas del país y deben ser desterradas de cuajo.

Desde CARBAP entendemos que ninguna persona de bien debería dejar de acompañar firmemente el documento “La pobreza: un problema de todos”. Es hora de poner manos a la obra para iniciar una sostenida disminución de este flagelo que aqueja a nuestro país, y asumir el compromiso que ello demanda.

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