martes, 10 de noviembre de 2009

La competitividad de la molinería y la ruina de los productores -COM 1405-

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa se ve en la necesidad de aclarar la realidad del sector agroalimentario frente a las difusas declaraciones de la presidente Sra. Cristina Fernández de Kirchner. En una cena realizada en el día de ayer por la industria molinera, la Señora Presidente afirmó que el Estado no subsidia a dicha industria como sí se hace en otras actividades, destacando la alta competitividad de dicho sector. Lo que la presidente decidió no informar es que dicha competitividad se basa en los últimos años, la cual se ha conseguido por la enorme transferencia de recursos que van desde la producción a dicho sector.

La prueba más contundente de ello es que mientras los molinos harineros festejan su “tercer o cuarto lugar como productores mundiales de harina” y declaran que “en los últimos 5 años han tenido el mayor incremento en toda su historia, con un crecimiento acumulado de un 32%”, la última cosecha de trigo en la Argentina fue la peor en más de cien años y las perspectivas para la implantación actual son pésimas, poniendo en peligro incluso el abastecimiento interno.

Desde CARBAP entendemos perfectamente la importancia de agregar valor a los productos primarios y los beneficios que esto significa para el país, pero creemos también que dicho proceso se debe dar en el marco de relaciones de rentabilidad equilibradas entre los diferentes actores de la cadena para no generar situaciones injustas de privilegio que deriven en una mayor concentración económica.

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