martes, 14 de julio de 2009

El Efectivo Dialogo Republicano -COM 1367 -

El llamado al dialogo tiene que realizarse con responsabilidad y certezas. Debe dejar atrás cualquier atisbo de antirrepublicanismo.

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa manifiesta una vez mas la necesidad de encaminar el dialogo como única forma posible en la búsqueda de las soluciones que el país necesita. Por ello siempre ha manifestado la importancia de abordarlo de manera sensata, real, y sin ambages.

El campo no puede ni debe estar ausente de una mesa de dialogo y consenso nacional. Tampoco puede sentarse a la mesa sin abordar lo que considera temas prioritarios para el país como lo es la terminación durante el corriente ejercicio parlamentario de la legislación de “emergencia económica nacional”, de la cual han surgido y derivado arbitrariamente delegaciones potestativas del Poder Legislativo al Poder Ejecutivo Nacional como el actual funcionamiento de la ONCCA con facultades ajenas a su creación, el otorgamiento de los superpoderes, la aplicación de la Ley de Abastecimiento y la falta de cumplimiento de la coparticipación primaria contenida en la Ley aún vigente.
La modificación del actual Consejo de la Magistratura, el cual avasalla las instituciones republicanas básicas y promueve la manipulación de la justicia a través de la injerencia del ejecutivo en la misma, tal cual se ha visto demostrado, merece un urgente tratamiento.

Sin Justicia no hay República. El dialogo debe promover la finalización de la etapa antirrepublicana en la cual primo la entrega de plenos poderes y el aniquilamiento de la Justicia".

El campo no puede ni debe estar ausente de una mesa de dialogo y consenso nacional, cuando el país interior basa su economía en el sector agropecuario. Por ello deben ser tratados los temas urgentes de la agenda del sector que incluyen la desatendida emergencia agropecuaria, la ganadería en retroceso y reducción, la lechería en clara retracción y cierre de tambos, el trigo como único cultivo viable en vastas zonas de Bs As y la firme y urgente atención de las zonas productivas con riesgo de desertificación como el Sudoeste de Buenos Aires y sur de La Pampa entre otras. En cuanto a las prioridades sectoriales, éstas giran en torno a las regulaciones intervencionistas que alteran arbitraria y artificialmente los sistemas de comercialización existentes sin beneficio alguno y el sistema tributario (retenciones), que inviabiliza el desarrollo productivo. En el marco del diálogo se debe priorizar la producción y el empleo por sobre la reforma política.

No esta en el ánimo sectorial fijar condicionamiento alguno, pero si delinear algunos límites dentro de los cuales se pueda el campo sentar a dialogar con la certeza que los temas que involucran la producción, el empleo y el trabajo serán seriamente tratados.

Sin tratamiento de estos temas que le interesan al sector no habrá dialogo conducente.

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