La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) celebra con alegría y orgullo un nuevo aniversario del natalicio de quien fuera uno de los hombres más importantes y respetables de la historia argentina, Don José Francisco de San Martín.
La figura del libertador y las notables enseñanzas que legó a su pueblo, no solo a través de las palabras sino también a través de su intachable conducta ejemplar, deben ser retomadas como vectores de conducta por todo aquel argentino que pretenda honrar a su nación. La figura de hombre que entregó todo por la libertad de su país, por la construcción de un proyecto nacional independiente de las influencias coloniales y, por sobre todas las cosas, fundado sobre el consenso fraterno y no violento de los argentinos, reviste hoy en día un brillo y una importancia especial.
Desgraciadamente el símbolo argentino del renunciamiento a la confrontación entre hermanos es víctima hoy de las necedades, y los chicaneos de personajes menores que no dudan en quitar honores a los festejos y al recordatorio del General en Yapeyú para demostrar algo que nadie sabe bien qué es. El repudio del conjunto de los argentinos es claro. Teñir la memoria de próceres como San Martín con gestos de este tipo solo puede ser la expresión de pobres de alma que no logran entender que sus egos no son excusa suficiente para empañar aniversarios tan importantes para el país como el que hoy se celebra.
La figura del libertador y las notables enseñanzas que legó a su pueblo, no solo a través de las palabras sino también a través de su intachable conducta ejemplar, deben ser retomadas como vectores de conducta por todo aquel argentino que pretenda honrar a su nación. La figura de hombre que entregó todo por la libertad de su país, por la construcción de un proyecto nacional independiente de las influencias coloniales y, por sobre todas las cosas, fundado sobre el consenso fraterno y no violento de los argentinos, reviste hoy en día un brillo y una importancia especial.
Desgraciadamente el símbolo argentino del renunciamiento a la confrontación entre hermanos es víctima hoy de las necedades, y los chicaneos de personajes menores que no dudan en quitar honores a los festejos y al recordatorio del General en Yapeyú para demostrar algo que nadie sabe bien qué es. El repudio del conjunto de los argentinos es claro. Teñir la memoria de próceres como San Martín con gestos de este tipo solo puede ser la expresión de pobres de alma que no logran entender que sus egos no son excusa suficiente para empañar aniversarios tan importantes para el país como el que hoy se celebra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario